De acuerdo a todo lo anterior se puede concluir que sí existe efectivamente un arraigo y una identidad colectiva dentro de los inmigrantes del Barrio Yungay, y que logra enmarcarse dentro de lo que el sistema les propones en la Región Metropolitana de Santiago.
A su vez, se comprueba empíricamente como estos hermanos extranjeros han logrado adaptarse, con todo lo que esto implica, a Santiago, ya sea en condiciones favorables como adversar, muchas veces sufriendo los embates del sistema tanto en las relaciones humanas de trabajo, y en la colectividad. También adaptándose a un territorio el cual no es ni quizás sea nunca su espacio, pero aun así intentando empoderarse de un barrio para crear un imaginario de “casa” donde puedan realizar sus costumbres, fiestas, entre otros.
Por lo tanto no queda más que concluir que como ciudad hay que comenzar a hacerse cargo de esta realidad que cada vez está más patente en la sociedad chilena y aprovechar estas culturas que se intentan emplazar en el territorio chileno, pero de una buena manera, no aprovechar su “mano de obra barata” sino su bagaje cultural, costumbres e identidad tan distintas a la de Santiago y así conocer y llenarse de ella y por supuesto aprender de ellas… que es tan necesario y llenado es.
A su vez, se comprueba empíricamente como estos hermanos extranjeros han logrado adaptarse, con todo lo que esto implica, a Santiago, ya sea en condiciones favorables como adversar, muchas veces sufriendo los embates del sistema tanto en las relaciones humanas de trabajo, y en la colectividad. También adaptándose a un territorio el cual no es ni quizás sea nunca su espacio, pero aun así intentando empoderarse de un barrio para crear un imaginario de “casa” donde puedan realizar sus costumbres, fiestas, entre otros.
Por lo tanto no queda más que concluir que como ciudad hay que comenzar a hacerse cargo de esta realidad que cada vez está más patente en la sociedad chilena y aprovechar estas culturas que se intentan emplazar en el territorio chileno, pero de una buena manera, no aprovechar su “mano de obra barata” sino su bagaje cultural, costumbres e identidad tan distintas a la de Santiago y así conocer y llenarse de ella y por supuesto aprender de ellas… que es tan necesario y llenado es.
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